viernes, marzo 27, 2009

Un trabajo ideal


Me encanta el vino en todas sus formas: tinto, blanco, rosado, espumante, bien frío, solo, con pizza, con queso, con postre, fuerte, dulce, joven, maduro, fresco…
Me gusta conocer sus raíces literales, los suelos donde nace, su proceso de elaboración y por supuesto, me gusta la poesía que lo rodea con todas sus mitologías y exageraciones.
Soy de las que lee las etiquetas en los restaurantes y supermercados y trata de imaginar qué inspiró (o cuánto tomó) la persona que escribió semejantes descripciones acerca de este producto.
La información que contienen las etiquetas de los vinos en algunos casos es tan subjetiva que cuesta creer que la escribió un enólogo (profesional técnico que trabaja en una bodega haciendo todo tipo de pruebas, decidiendo la fecha exacta de la vendimia y realizando los controles exhaustivos que van desde el suelo que contiene al viñedo hasta el producto embotellado que vemos en góndola)
También está el rol del sommelier, que a través de la degustación e investigación previa recomienda la combinación de ciertos vinos con determinadas comidas, de una manera ¨objetiva¨ (según Wikipedia) porque, a diferencia del enólogo, el sommelier no tiene relación directa con el productor. Esto se ajustaría más a lo que suele aparecer en las etiquetas, pero honestamente creo que un sommelier no se sienta a escribirlas, sobre todo porque no debe ser nada barato para un bodeguero contratar a un sommelier para que escriba un par de palabras que digan que un vino tiene cuerpo, que es de color rubí intenso y que tiene aroma a frutos rojos con detalles de higos maduros. Y en caso de contratar a un sommelier, seguramente el bodeguero exigirá que dicho profesional ponga el gancho en una esquina vistosa de la etiqueta haciéndose cargo de la descripción provista.
Algunas veces las etiquetas van más allá de las palabras convencionales, destacándose por su… a ver, cómo llamarlo, ¿creatividad? ¿delirio? ¿poesía?
¿Será el mismísimo bodeguero quien lo hace? ¿Será su hijo, algún poeta viñatero, un productor romántico o una diseñadora gráfica que se animó a más?
Sinceramente creo que cada establecimiento vitivinícola o cada departamento de marketing tendrá su secreto respecto a esto, e intuyo que en cada caso debe tratarse de una persona con rol diferente. Por eso he decidido, en este acto de caradurismo absoluto, postularme para el puesto.
¿Y Euphoria a qué se dedica? ¿Yo? Soy escribidora de etiquetas de vino. Me nutro del sonda y de sus temperaturas extremas, de los granizos y de la cordillera entera. Pinto con uvas, escribo colores, me hundo en la humedad de las barricas y doy un par de ricos sorbitos antes de sentarme debajo de un olivo para mirar el terruño de lejos, donde dejaré que me invadan las hojas de parra con todos sus hilos para ayudarme a engendrar las palabras más exclusivas.
A continuación les dejo uno de mis últimos descubrimientos en la soledad de las góndolas, esto no figura en la contraetiqueta, está en el frente, bien lejos de los códigos de barras:

¨PECADO¨
Torrontés 2008, Finca Quara, Valle de Cafayate.
Envidia, cosechado a más de 1800 metros de altura.
Lujuria, irresistiblemente tentador y provocador.
Pereza, descansado en barricas de roble.
Gula, para acompañar innumerables manjares.
Soberbia, el mejor torrontés del mundo.
Avaricia, para disfrutar solo.
Ira, hasta la última gota.

miércoles, marzo 25, 2009

Historia en Imágenes: todos los rincones son aptos para el amor

Solía verme a mi mismo en todos lados...


... hasta que me encontré con vos y nos reconocimos reflejándonos juntos en todas partes.



Tuvimos momentos de frustración y de enojo.


Pero logramos acercarnos aun más y hoy somos capaces de mirar los dos hacia el mismo lado.


jueves, marzo 19, 2009

Circunstancias del embarazo VIII

Estas circunstancias embarazosas tuvieron lugar en la calle. Resulta que iba yo caminando hacia una avenida importante, portando con orgullo mi gran panza. Imagínense que a estas alturas y anchuras mi barriga estará a unos 30 cm delante de mí quedando totalmente al descubierto, casi, casi como si fuera un ser independiente. Mis movimientos al caminar se ven como en cámara lenta y son más parecidos a los de un pingüino que a los de un ser humano.
Cuando estoy llegando a la esquina y comienzo a doblar a mi izquierda, me encuentro de frente con un ciclista que venía raudamente por la vereda doblando exactamente por donde yo venía. No se pueden imaginar el susto que me pegué. Todavía no me explico cómo fue que nos esquivamos. Mi primer reacción fue tomarme la panza con las manos, luego sentí que el corazón me tropezaba en cada latido y después le grité algo que ya ni recuerdo (se ve que me dejó sabor a trauma). El muy sinvergüenzas ni siquiera se disculpó y tampoco tuvo intenciones de abandonar la vereda. El episodio podría haber sido peor, no quiero imaginarlo siquiera. Lo que les puedo asegurar es que los peatones no estamos a salvo ni siquiera en las veredas. Ahora se me eriza la piel con solo pensar en salir a pasear con mi bebé por la calle.

miércoles, marzo 11, 2009

¿Monotemática, yo? ¡Naaah!

Para los que dicen que los recién nacidos son hermosos, preciosos, bonitos, bla, bla, bla...


¨Vamos, la sorpresa me está matando, cuál es el nuestro?¨
Salga como salga, será pura ternura.

lunes, marzo 09, 2009

Circunstancias del embarazo VII

No sabía que elegir un cochecito para el crío requería de tanta investigación previa. Es casi, casi como comprar un auto.
Los hay travel system, de paseo, paragüitas, deluxe, sport, de 0 a 18 kgs, de 5 a 22 kgs, de aluminio, con capota, con cubrepiés, con portavasos, con bandeja desmontable, lavables, de cuatro ruedas, ruedas dobles, tres ruedas, suspensión, de dos o cuatro posiciones, medidores de temperatura, con o sin “huevito”, con cesto grande o chico, con o sin reductor para recién nacidos… ¡uf! Realmente a-go-ta-dor.
Y eso que no estoy considerando lo que realmente más me impacta a mí: el color o el estampado :0)