domingo, septiembre 17, 2006

El cuarto poder: ¿Propulsor o sustituto?

“El periodismo no debe inmiscuirse en el terreno de la justicia”, solía decir un profesor de derecho... pero en nuestro querído país, los límites entre poderes son cada vez más difusos y más permeables.

Todavía puedo oír sus palabras referidas a la división de poderes y a ese “arco invisible” que intentan atravesar algunos comunicadores osados, haciendo uso y abuso de un rol que no les corresponde. Sabemos que el denominado PERIODISMO DENUNCIATIVO se trata de una forma y de un estilo particular de ejercer la investigación. Pero lo cierto es que hace unos años los casos de uso, y también de abuso, de este modo de denunciar los males de la sociedad, marcaron una tendencia que logró exponer la ineptitud de los roles inherentes a algunos de los (siempre protagonistas) tres poderes, y al mismo tiempo, logró encauzar la información, direccionándola hacia los lineamientos convenientes.

Pero es aquí donde me encuentro hoy, luego de haber visto muchas cámaras ocultas y luego de haber sentido vergüenza ajena en reiteradas ocasiones estando sola frente a la pantalla. Las palabras de ese profesor resurgen con aires de renovación, porque los casos son otros y porque algunas circunstancias mediáticas han cambiado.

Escucho atentamente el dial cotidiano que hoy me acerca las palabras de Enrique Piñeyro, director de la renombrada película “Whisky, Romeo, Zulú” y del recientemente estrenado documental “Fuerza Aérea Sociedad Anónima”. La verdad es que me cuesta creer lo que escucho. Tal vez porque en el fondo, la ingenuidad y el idealismo, continúen siendo esas variables siempre vigentes que me abstraen de la realidad, o tal vez se deba a que esta situación se codea con lo increíble.

Días después de haber estrenado dicho documental, muchos argentinos se enteraron de cómo se operan y se manejan un sinnúmero de situaciones riesgosas que pueden acabar siendo fatales. Una variedad enorme de hechos que ponen en evidencia un sistema precario, apareció en la pantalla grande para que abramos aún más los ojos, y como aclara el cineasta y ex piloto; “Esto no es para sembrar pánico, sino para evitar el próximo accidente, pretendo que mi película cambie algo”.

La película está centrada en los niveles de inseguridad en tierra de los controles aéreos: muestra instalaciones y tecnología deteriorada y en desuso y en general habla de un bajo nivel de profesionalidad. Los cambios que ahora se proponen, tal como lo dijo el propio Piñeyro, serán lentos: se espera que el traspaso demore por lo menos 18 meses en terminar de concretarse. Además declaró como testigo en la causa abierta por las irregularidades expuestas en la cinta. Se mostró complacido con el cambio del área de seguridad aerocomercial a manos civiles: " Es un gigantesco paso adelante ", expresó.

Pero las palabras de aquel profesor volvieron a mi mente para retumbar aun más fuerte. Más de lo mismo, con otros actores, pero con paralelismo escalofriante. Lo que genera impotencia es el hecho de que recién luego de que un sinfín de datos reales y fielmente documentados haya salido a la luz, la Ministro Nilda Garré dio a conocer la decisión de investigar a fondo dicha información para tomar cartas en el asunto. Pero lo verdaderamente sorprendente de todo esto es que hubo alguien que decidió meterse con cámara en mano, en un espacio acotado sin demasiada resistencia, para encontrar un mundo dedicado a la improvisación, a la corrupción y a la falta de herramientas para operar y cuidar a miles de viajeros por día.

Se necesitó de una idea, de tiempo y de ganas de mostrar, para que comiencen a despertar los movimientos adormecidos de quienes poco hacen por la prevención. Si bien trascendió que desde el Gobierno aseguraron que el documental "Fuerza Aérea S.A." "no influyó" en la decisión que "está en estudio desde hace tiempo", es oportuno subrayar que el devenir de los sucesos publicados desmoronó el manto y se agilizaron procesos que, esperemos, logren eludir accidentes evitables. También se aclaró que el criterio que se aplicará en el traspaso de la aviación civil a control civil "busca cumplir con estándares mundiales como el de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)". Ahora si todas las declaraciones se retuercen, se expresan y se contextualizan. Ahora que las imágenes más impactantes y los hechos más fuertes están a la vista de todos, llueven las preocupaciones.

En definitiva, una vez que los medios se dedican a denunciar, se oyen los ecos de un poder estancado que decide reaccionar. Así y todo tengo mis dudas, porque no se sabe a ciencia cierta si hacen de cuenta que reaccionan frente a un problema mediático, no para resolverlo de cuajo sino para tapar la cascada de opiniones, o si lo hacen para dar real empuje a una situación que requiere de suma atención y rápida resolución.

Debo confesar que no disfruto de los micrófonos invasores y los lentes disfrazados. No me atrapan las palabras irrespetuosas, ni las miradas cómplices en cámara. Pero al parecer, este país de gobernantes enmascarados, de sistemas atascados y de civiles ofuscados, precisa de periodistas, comunicadores y hasta de cineastas con gran tenacidad, osadía y hasta de insinuación y estilo insolentes, que se encarguen de liberar algunas de las tantas cosas que no salen a la luz por falta de publicación de información (porque por lo visto muchas veces se esconde o se desconoce), sin olvidar además, la deserción de búsqueda por parte de quienes relegamos, a veces conscientemente, el interesante y aterrador contexto que nos rodea.

jueves, septiembre 07, 2006

OjOs de gatO, pAlAbrAs de humAno



Lo miro y me pregunto qué ve cuando mira.

Mi gato me ve, pero no sé si me observa. A veces siento que si, porque al invadir su espacio de caluroso letargo en el altillo, veo que sus ojos siguen cada uno de mis movimientos cuando cuelgo la ropa.

¿Para qué pone todas esas telas insoportablemente húmedas en esos alambres?

Pero el gato no sabe de “telas”, ni de “alambres” como las sabemos nosotros…

¿Por qué insisten en que me suba al sillón y cuando a veces lo hago me revolean sin titubear?

¿Qué es esta pantalla luminosa y este ruido interrumpido provocado por estos cuadraditos tan frágiles y movedizos?

Así es, el gato está acá conmigo, mirando fijo la pantalla y tal vez leyendo entre líneas todas las suposiciones y las preguntas que me he dispuesto a hacer acerca de su naturaleza felina. Nunca sabré qué piensa, pero al mismo tiempo intuyo que algo medita cuando fija su mirada en mis quehaceres cotidianos. Esta intriga me mata, pero me gustaría creer que él también se pregunta acerca de lo que veo yo cuando decido observarlo con detenimiento. ¿No será demasiado?

sábado, septiembre 02, 2006

Decires


Santiago Kovadloff dijo:

"...el que se conoce, se desconoce, extrañarse de sí es extrañarse del mundo... y si no existe extrañeza frente a lo que uno es, uno no es más que una maceta..."

Yo digo:

¿Con qué profundidad y habitualidad nos extrañamos de nosotros mismos? ¿Habrá diferentes tipos de macetas?