jueves, abril 29, 2010

Entrelazando infancias


Este post me llevó a rescatar esta lata que guardo desde que era chica.
Es lo único que me queda de este adorable personaje de pelo color caramelo y perfil envidiable. Lo mismo hice con el lapicero de Kitty.
Una vez más me encuentro entrelazando mi infancia con la de mi hija. Es una sensación muy particular la de ver objetos con historia en su cuarto.
¿Les conté que su abuela Piru le cedió el mobiliario que ella misma usó cuando era una nena? Me pregunto cuántos sueños tuvo en esa cama y cuántos sueños soñará Lara en la misma cama. ¡Gracias, Abu!

viernes, abril 23, 2010

Voluntad

Salgo porque los planetas se alinearon y mi hija se queda al cuidado de su papá, pero la verdad es que me faltan muchas ganas para salir a correr hoy. El horario me pincha, esto de salir cuando la noche empieza a caer no es para mí. Mis pies empiezan a moverse, pero están muy lejos de tener la inercia que busco. Mando la señal para poner el piloto automático pero no pasa nada. Tengo que pensar cada paso que doy. Siento que corro encadenada como un preso tratando de huir no sé de qué condena. Los temas punchi punchi de los noventa intentan contagiarme de ritmo, pero me siento más pesada que este bendito tema de ACDC. Ufa, estoy escuchando la carpeta de JJ y mi torpeza no me permite correr y cambiar de selección musical al mismo tiempo tratando de enfocar la mirada en la minúscula pantallita del aparato. Paso el tema y aparece otro, y otro del mismo grupo. Si freno para concentrarme en el MP3, estoy frita.
¡Basta! Que se terminen las cuadras, los minutos, los pasos y esa voz insoportable. Quiero llegar y acostarme, pero soy consciente de que aun me quedan dos horas más de trote, debo correr en la cocina para preparar dos cenas diferentes, lavar esta ropa que llevo puesta, bañar a mi hija y correr literalmente tras ella hasta la hora de ir a la cama.

Ooh there she goes, she goes, and nobody knows, where she goes, she goes...

Ooh allá va ella, y nadie sabe, a dónde va ella...

lunes, abril 19, 2010

Queja nro 1.548, apartado 707/bgrrr,



Inauguro esta nueva serie de vivencias basadas en la faceta de vieja quejosa que tengo y que aflora casi a diario al borde de mi puerta, en la calle y en mi casa Lo considero una vía de escape, una especie de descarga terapéutica. Espero no contagiarlos.

¿Pero será posible? Si no fuera porque estoy estrenando un look bloguero más femenino y pomposo, estaría maldiciendo en varios idiomas al mismo tiempo. Ya van dos veces, bah, en realidad tres, que casi me atropellan con una bicicleta en la vereda. Mucho se habla del caos del tránsito, insinuando que se trata únicamente de los autos, colectivos y demás vehículos motorizados, pero la realidad es que nuestras veredas también son de lo más caóticas. El gran susto que viví doblando una esquina cuando aun portaba panza de embarazada me dejó una sensación de alerta total. Y creo que justamente gracias a ese recuerdo que aun me eriza la piel de precauciones, no me han llevado por delante dos ciclistas diferentes en dos oportunidades diferentes. ¿Cuándo multarán a los ciclistas por andar por la vereda? ¿Acaso no es obvio que la vereda es para los peatones? Doblan las esquinas a la velocidad que vienen o creen esquivarte cuando vas caminando y es muy obvio que a veces logran hacerlo de pura casualidad. Además me revienta soberanamente que ni siquiera he recibido pedidos de disculpa en ninguno de los tres casos. Pero ese tema lo dejo para la próxima queja. Mi deseo es que se reconstruyan las veredas, se arreglen las bajadas para discapacitados, que las bicicletas vayan a la calle, que los automovilistas, colectiveros y motoqueros respeten su espacio y que las bicisendas se reproduzcan y crezcan desde el conourbano hasta el mismísimo microcentro. ¡Que vuelvan las canastitas y los rings rings en los manubrios y que los oficinistas porten casco y mochila en lugar de maletín y corbata! Eso si, nada de andar en la vereda, por favor.

Acá se puede ver bien la bicisenda entre la calle y la vereda.

¡ Construyamos una sociedad más segura, sana y ordenada!

Las fotos son de This is cycle chic .

lunes, abril 12, 2010

Esquiva

Miro el reloj, 33 minutos y 14 segundos tardé la última vez. Nada mal, pienso. Lo pongo en cero antes de llegar a la esquina desde donde largo sin antes apretar el botoncito del cronómetro y el play del mp3. Me cruzo con un señor. Está paseando a su perro. Lo esquivo. Siempre soy la que se hace a un lado. Soy una peatona esquiva, pienso. Miro a mi alrededor y comienzo a prestar atención. Me cruzo con dos señoras charlando, con un señor corriendo, dos chicas caminando. Todos siguen una huella invisible y clara que no pretenden torcer. Yo soy la que los esquiva y la verdad es que así siempre fue mi forma de andar.
¿Será que habrá dos tipos de personas: los esquivas y los esquivados?. Como fiel integrante de la tribu esquiva me defino como quien escapa de los conflictos y no quiere causarle molestias al otro. Seguramente también habrá más cosas para decir de la tribu de los esquivados, pero fiel a mi naturaleza escurridiza, prefiero concentrarme en la letra de We are the People de Empire of the Sun y seguir esquivando lo que se cruce por ahí. We are the people that rule the world. A force running in every boy and girl...

miércoles, abril 07, 2010

Kitty Reloaded

Con el festejo del primer año de mi hija vino la organización, las compras pertinentes y obviamente, la decoración.

Fue muy grato para mi reencontrarme con este personaje que hoy en día anda por todos lados junto a una versión demasiado canchera de Frutillitas y a los deformados y casi irreconocibles pequeños ponis de hoy. Me pasan dos cosas con Kitty, por un lado la relaciono directamente con una producción en serie que viene del otro lado del océano, siendo por demás trillado, poco original y totalmente opuesto a lo artesanal que tanto defiendo y promuevo. Y por otro lado me recuerda a mi niñez, al intercambio de stickers en los recreos de la primaria, a la colección de papeles de carta y a la cantidad de dibujitos que he realizado en su honor.
Este lapicero que hoy está en la pieza de mi hija es un ejemplo de la época dorada que Kitty tuvo para mi. Mi hija seguramente no coincidirá conmigo.









lunes, abril 05, 2010

Allá voy

Domingo tormentoso. Salgo con muchas pilas. ¿Pilas? ¿Estará cargado el MP3? Sería poco oportuno quedarme sin batería con las ganas de correr que tengo hoy. La letra de Butterfly de Jason Mraz, cuando repite sister, you´ve got it all, me recuerda una vez más cuánta felicidad hay en mi vida en este momento. De golpe el ritmo marcado por la trenza en mi espalda cambia rotundamente. Si, efectivamente una vez más, he perdido otra gomita de pelo. Ahora tengo una cola de caballo que hace que mi pelo se enrede a cada paso. Me toca pasar frente al hospital. Algunos me miran y una viejita en una silla de ruedas acapara mi atención. Yo corriendo. Ella sentada. Comencé a sentirme un poco mal y decido acelerar para escapar de aquella sensación. Acelero para pasar la cuadra que menos me gusta. Acelero para volver a casa. Acelero sabiendo muy adentro que la vejez me espera a la vuelta de la esquina.