Inauguro esta nueva serie de vivencias basadas en la faceta de vieja quejosa que tengo y que aflora casi a diario al borde de mi puerta, en la calle y en mi casa Lo considero una vía de escape, una especie de descarga terapéutica. Espero no contagiarlos.
¿Pero será posible? Si no fuera porque estoy estrenando un look bloguero más femenino y pomposo, estaría maldiciendo en varios idiomas al mismo tiempo. Ya van dos veces, bah, en realidad tres, que casi me atropellan con una bicicleta en la vereda. Mucho se habla del caos del tránsito, insinuando que se trata únicamente de los autos, colectivos y demás vehículos motorizados, pero la realidad es que nuestras veredas también son de lo más caóticas. El gran susto que viví doblando una esquina cuando aun portaba panza de embarazada me dejó una sensación de alerta total. Y creo que justamente gracias a ese recuerdo que aun me eriza la piel de precauciones, no me han llevado por delante dos ciclistas diferentes en dos oportunidades diferentes. ¿Cuándo multarán a los ciclistas por andar por la vereda? ¿Acaso no es obvio que la vereda es para los peatones? Doblan las esquinas a la velocidad que vienen o creen esquivarte cuando vas caminando y es muy obvio que a veces logran hacerlo de pura casualidad. Además me revienta soberanamente que ni siquiera he recibido pedidos de disculpa en ninguno de los tres casos. Pero ese tema lo dejo para la próxima queja. Mi deseo es que se reconstruyan las veredas, se arreglen las bajadas para discapacitados, que las bicicletas vayan a la calle, que los automovilistas, colectiveros y motoqueros respeten su espacio y que las bicisendas se reproduzcan y crezcan desde el conourbano hasta el mismísimo microcentro. ¡Que vuelvan las canastitas y los rings rings en los manubrios y que los oficinistas porten casco y mochila en lugar de maletín y corbata! Eso si, nada de andar en la vereda, por favor.
¿Pero será posible? Si no fuera porque estoy estrenando un look bloguero más femenino y pomposo, estaría maldiciendo en varios idiomas al mismo tiempo. Ya van dos veces, bah, en realidad tres, que casi me atropellan con una bicicleta en la vereda. Mucho se habla del caos del tránsito, insinuando que se trata únicamente de los autos, colectivos y demás vehículos motorizados, pero la realidad es que nuestras veredas también son de lo más caóticas. El gran susto que viví doblando una esquina cuando aun portaba panza de embarazada me dejó una sensación de alerta total. Y creo que justamente gracias a ese recuerdo que aun me eriza la piel de precauciones, no me han llevado por delante dos ciclistas diferentes en dos oportunidades diferentes. ¿Cuándo multarán a los ciclistas por andar por la vereda? ¿Acaso no es obvio que la vereda es para los peatones? Doblan las esquinas a la velocidad que vienen o creen esquivarte cuando vas caminando y es muy obvio que a veces logran hacerlo de pura casualidad. Además me revienta soberanamente que ni siquiera he recibido pedidos de disculpa en ninguno de los tres casos. Pero ese tema lo dejo para la próxima queja. Mi deseo es que se reconstruyan las veredas, se arreglen las bajadas para discapacitados, que las bicicletas vayan a la calle, que los automovilistas, colectiveros y motoqueros respeten su espacio y que las bicisendas se reproduzcan y crezcan desde el conourbano hasta el mismísimo microcentro. ¡Que vuelvan las canastitas y los rings rings en los manubrios y que los oficinistas porten casco y mochila en lugar de maletín y corbata! Eso si, nada de andar en la vereda, por favor.
Acá se puede ver bien la bicisenda entre la calle y la vereda.
Las fotos son de This is cycle chic .
7 comentarios:
Bue, vengo de leer el post en el que casi te lleva por delante un ciclista cuando estabas embarazada... así que estoy yo también con bronca y me sumo a tu queja.
Organizamos un cacerolazo en contra de los ciclistas que van por las veredas???
Yo también creo que hay que pensar en todos, las bicicletas por las bicisendas, los peatones por las veredas y los coches por la calle, debería ser así de sencillo.
Un abrazo, y quejate tranquila, que guardar esas cosas adentro no sirve.
Gracias Marina por tus palabras y sobre todo por alentarme a la queja, eso no pasa muy seguido =)
Empecemos por la educación. Asignemos más presupuestos para educuación. Atropello es falta de respeto. Y la falta de respeto es el no respeto a uno mismo y no respeto a uno mismo tiene que ver con la dignidad y la dignidad tanto con lo cultural y lo cultural tantísimo con la educación y ...
Eso. Y más.
Yo de chiquito atropelle a un plomero. El tipo no me dijo nada, pero venia con una herramienta y un caño en las manos, los que deposito disimuladamente en mi cabeza al mismo tiempo que rodabamos los dos. Aun recuerdo el chichon..
Ana: diste en el clavo. La educación es la respuesta.
F.F: Pobre plomero y pobre cabeza! Espero que no sigas andando por las veredas en bici!!!
Yo estoy por inaugurar algo parecido, mis dos grandes quejas urbanas:
- Perros sueltos
- Vehículos a alta velocidad por calles de tierra en el barrio
Es que me voy figurando que en cualquier momento, uno de los primeros me despedazará una pantorrilla y que uno de los segundos me bajará a Jx de un piedrazo en la cabeza. Es cuestión de tiempo nomás, ya lo presiento, va a pasar.
necesitamos bicicletas voladoras, eso. Los ciclistas son los parias de la vía pública: no los quieren en las veredas ni en las calles.
En fin...
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