viernes, agosto 11, 2006

La cotidianeidad nuestra de cada día


"El arte del remoloneo"

Me cuesta dormirme y me cuesta levantarme. Todo es cuesta arriba. Comienzo a dar vueltas apenas me acuesto, con mis extremidades y con mis neuronas, pero al mismo tiempo, sólo soy capaz de respirar cuando escucho el despertador a la mañana siguiente. En ese instante tan odiado apenas puedo codear a mi compañero obligándolo a apretar la tecla que logra silenciar el insoportable chillido.

En ese preciso momento, daría cualquier cosa por quedarme remoloneando. Durante esos minutos de conciencia tambaleante logro llegar a la conclusión de que cuando vuelva de trabajar, tengo que dormir la siesta. Allí cuando los movimientos son lentos y los segundos son más rápidos que de costumbre, sólo tengo energías para envidiar al gato.

El remoloneo es un arte y la suerte de unos pocos. No sólo de aquellos que no tienen obligaciones y pueden gozar del vagueo en general, sino de aquellos que un domingo a la mañana pueden permanecer envueltos en sus sábanas más tiempo del habitual. No como yo, que cuando tengo la oportunidad de remolonear, no la aprovecho. Siempre hay alguna final de tenis para ver, algún mate para tomar o algún momento matutino para disfrutar en serena soledad.

7 comentarios:

MaxD dijo...

Hola! Hago una visita rápida para saludar y luego leo el resto de las notas.

Yo tampoco remoloneo y eso no le gusta mucho a Cecilia, que compite por el campeonato del remoloneo.

A mí me gusta escuchar la radio o leer algo, como los viejos, jaja

Anónimo dijo...

Mmmm!! no hay nada mas lindo que quedarse en la camita calentita mientras afuera se escucha el sonido de la lluvia caer. Es una delicia. Si, me gusta remolonear un rato en la cama, hasta que viene mi gato y me obliga a salir porque me taladra el cerebro (y agota mi paciencia) con sus maullidos pidiendo comida.
Y mas lindo es durante los fines de semana que no hay ninguno apuro para salir al aire frio de afuera de las frazadas.

Euphoria dijo...

UH UH UH!!! Ceci podría competir con Juanjo!!!
Marina tiene razón, creo que el remoloneo se acentúa en invierno y tiene un goce definitivamente distinto. Pero acá me ven, domingo a la mañana, JJ remoloneando y yo tomando mate al compás del teclado!
Un beso! Espero verlos pronto en vivo y en directo!

Anónimo dijo...

Hola Prima!!!
Hoy que tuve un ratito despuès del laburo, entrè al mail y me encontrè con la dire de tu blog y acà toy!!!Para mi el remoloneo se disfruta màs cuando sabès que llegas tarde a algùn lado, y no te importa, el placer de estar un rato màs en la cama sabiendo que las obligaciones estàn esperando y que uno decide aplazarlas otorga al momento esa màgica sensaciòn de libertad!!! Ademàs, despuès te levantàs de un salto porque llegàs tarde y entonces es màs fàcil abandonar la cama, empezando el dìa con màs energìa!ja,ja,ja!!!Les mando un beso enorme a vos y a Juanjo!!! Cuidate!!! Te quiero mucho!!!

Euphoria dijo...

Gracia Natu, muy bueno el aporte!

Anónimo dijo...

Yo confieso que el término remolonear ha quedado oficialmente agregado a mi limitado vocabulario a partir de este blog. Para mi es más habitual hablar de fiaca, la cual también confieso sólo la practico los días laborales.
Mi práctica común es poner el despertador de 20 a 30 min antes de la hora límite, gozando de ese margen virtual hasta la hora fatídica. Todo gracias a la tecnología: postergar alarma?
En cambio, un fin de semana sin obligaciones la hora natural de levantarse es respetada. Aquí no hay triunfo sobre nada ni nadie. De hecho lo que siento que pierdo es mi tiempo natural del día.
Es raro, pero si lo analizo me sale esto.

Gusta mucho tu blog, aunque recién llevo sólo leídas dos publicaciones. Salute!

Euphoria dijo...

Gracias muchas por comentar tu fiaca! ... me gustó mucho lo de la hora fatídica...