martes, octubre 24, 2006

Aprendiendo sobre mis raíces con el diario dominical

Encontrarme con esté artículo en la sección CULTURA de LA NACIÓN del último domingo, fue como adentrarme en un mundo propio y al mismo tiempo mediático, lleno de significados, de orgullo y de curiosidad. A continuación les dejo un extracto...
Ah, y les aclaro, que soy descendiente de este tal Savva Mamontov... si, efectivamente, soy Kira Mamontova, más Euphoria que nunca!


FABRICANTE DE SUEÑOS

Palabra cumplida. Para explicar la trayectoria de este fabricante de genios, conviene remontarse a dos años antes de su nacimiento, a 1870, cuando Savva Mamontov, un noble riquísimo, mecenas de las artes, compró una casa de campo en los alrededores de Moscú, Abramtsevo (donde había vivido Gogol), e instaló en ella -influido por los principios del inglés William Morris y su movimiento Arts & Crafts- una fábrica de cerámica artística. Mamontov se rodeó de diseñadores, escultores y pintores, a los que mantenía y estimulaba con generosidad e imaginación. Amaba el teatro y tenía, en su mansión moscovita y en Abramtsevo, pequeñas salas privadas donde se presentaron las primeras escenografías inspiradas en el folklore eslavo, con su particular estilo "ilustración de cuento de hadas": coloridas, minuciosamente detalladas en clave fantástica, sin duda derivadas de los íconos bizantinos (origen de la pintura rusa) y de las imágenes populares con que los juglares trashumantes hacían entender sus leyendas a los campesinos analfabetos, en Rusia como en el resto de Europa. Las primeras pinturas de Kandinsky o las características cajitas esmaltadas en negro con delicadas figuras legendarias, en venta aún hoy, hablan ese mismo lenguaje, entre rústico y refinado, de la imaginería eslava. A ella debe sumarse también el aporte de los escitas nómadas y el del Asia Menor, desde las bestias fabulosas venidas de los santuarios de Siria hasta las miniaturas persas, cosechadas en el Camino de la Seda a través de ciudades cuyos nombres resuenan en Occidente con ecos de Las mil y una noches : Samarcanda, Basora, Ispahan

Toda este portentoso cargamento iconográfico, de una riqueza ornamental inigualada, se volcó en las escenografías creadas para los teatros de Mamontov, de cuyos talleres surgió, tras una primera etapa estrictamente privada, la segunda generación de los grandes escenógrafos que deslumbrarían a Occidente: Bilibin (1876-1928), Korovin (1861-1939), Golovin (1863-1930), Natacha Gontcharova (1881-1962; descendiente del poeta Pushkin), Larionov (nacido en 1881) y el acaso más famoso, León Bakst (1866-1924). Todos ellos y el gran Alexander Benois (1870-1961) acompañarían a Diaghilev en su asedio y toma de París, a partir de 1906.

Examen de una estrategia

Del examen de la carrera de Diaghilev nace, en principio, la hipótesis de una estrategia muy hábilmente concebida. Tal vez no haya sido así, pero los hechos parecerían probarlo. Su primer movimiento fue acercarse a la galaxia Mamontov -quien en 1898 había llevado su troupe a San Petersburgo- e integrarse a ella. En 1904 fundó la revista Mundo del Arte , órgano de la asociación artística del mismo nombre, y promovió la aparición de otras ( Apolo , El Vellocino de Oro ) en las que colaboraron los más importantes creadores en múltiples disciplinas. Ya en 1897, Serguei (conservaba todavía el nombre eslavo, que más tarde simplificaría en el Serge francés) había llamado la atención en San Petersburgo al organizar una exposición de acuarelas inglesas. Al año siguiente fue el turno del arte escandinavo, con idéntica repercusión. Y en 1905 llegó por fin la de arte ruso, en el espléndido palacio de Táurida: allí estaban todos, los orfebres de las estepas, las alfombras del Turquestán, los vidrios pintados por artesanos populares, los bocetos de los escenógrafos, los grandes pintores con el tradicional Repin y el moderno Serov a la cabeza. Y puesto que los decoradores de teatro eran también dibujantes, grabadores y pintores calificados, lo que ellos expusieron es, desde una mirada actual, la simiente del arte de vanguardia, tal como florecería inmediatamente después de la revolución de 1917 y que el estalinismo haría abortar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Kira!!! Me encantò la nota de tu ilustre ancestro!!! Imagino que debe resultar sorprendente encontrar gente tan interesante en el tu àrbol genealògico. Particularmente, respeto mucho a las personas que saben apreciar el arte y fomentarlo, asì que brindo por el honorable Savva Mamontov!!! Sentite orgullosa de llevar ese apellido!!! Te quiero mucho!!!

Euphoria dijo...

Gracias! Ya le va a pasar a tus bisnietos cuando lean en el diario sobre una tal Natalia Maccorín, hacedora de múltiples logros e importantes obras maestras!
Yo tbn TQMucho. Cuidate!

MaxD dijo...

Qué loco, encotrarte con tu historia en el diario, igual ya estarás acostumbrada, como aquella vez que viste cosas de tu bisabuelo en la tele.

Veo que hay nombres que se repiten en el linaje: Savva, Serguei, ahora JJ :p

Por mi parte cuando busco por mi apellido en la interné me encuentro con todo tipo de hidromasajes y alguna que otra mención de mi viejo, je.

Euphoria dijo...

Qué orígen tiene tu apellido? Tenés algún árbol genealógico detallado?

MaxD dijo...

Bueno, es italiano, deformado al llegar aquí... tengo un pequeño árbol genealógico, pero no llego muy lejos, je