sábado, julio 31, 2010

Percepciones


Los 80 de mi abuelo nos han juntado a casi todos y estamos disfrutando de familiares que viven en lugares muy lejanos y que vemos, con suerte y viento a favor, una vez al año. Estos atracones de familia son lindísimos, agotadores y cuando llega el momento de despedir a quienes nos visitan, nos invaden las siguientes percepciones: cuan diferentes son nuestras rutinas, cuántas pequeñas cosas nos separan y nos unen, cuántos deseos de poder vernos más seguido y con mayor exclusividad para poder charlar de igual a igual y no de a quince en una mesa atropellada, cuánto tiempo ha pasado desde aquella historia o aquella otra anécdota que recordamos y cuántas horas nos quedan para compartir juntos antes de que despegue el primer avión o zarpe el primer micro. ¡Snif!

5 comentarios:

Marina Judith Landau dijo...

Qué lindo el encuentro familiar, pero qué trste, sí, la despedida...
Ojalá puedan juntarse pronto todos, de nuevo.
Disfrutá a pleno!
Besitos.

MaxD dijo...

Garpo por un curso acelerado de ruso y un disfraz de Mamontoff para poder estar ahí.

R.Galatea dijo...

Que groso! Pasé 2 cumpleaños 80, uno de una de mis abuelas hace unos años y otro de una tía prima de mi padre. Son ocasiones muy especiales, no somos muchos del lado de mi papá pero qué lindo juntarse!!

Ana dijo...

Vengo demorada Kira, pero veo que aún queda tortita.
Definitivamente, los afectos es lo que más importa, las firmes raíces que nos sostienen en los vendabales.

Un abrazote

Anónimo dijo...

A mi me encantan esos atracones familiares, y juntarnos, y reconocernos familia y descubrir identidades. Que bueno que se junten, aviones, micros, como sea que se llegue y que sea una reunión así.
Para no perderlas de vista! Siempre sabiendo que hay una próxima!

un beso